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domingo, 5 de febrero de 2017

LA NANA DEL 23 F. Relato breve.



Prologo: El 23 de febrero de 1991 se produjo en mi país un intento de golpe de estado que aun hoy no está claro quién estaba detrás de el… y lo que es peor, no se sabe si medio triunfo ni hasta qué punto modifico el final de la transición a la Democracia. Yo lo viví.

LA NANA DE 23 F.

Intentó llamarles por teléfono. Para ello bajó a la calle cuando aún era, apenas, la hora de cenar.

En su Valencia los tanques que los americanos habían regalado a Franco corrían por las calles a las ordenes de un tal Milans exhibiendo su caparazón acerado de fiera antediluviana con vocación liberticida.

El no quería llamar por teléfono desde la casa en la que se hospedaba porque allí los dueños estaban exultantes brindando ya al grito de ¡ya era hora! ¡se van a enterar…!

Necesitaba hablar y tranquilizar a su mujer e hija, que estaban a no muchos kilómetros, en Alicante. Y él, pese a ir abrigado y medio embozado sentía un frío y una soledad que nada tenía que ver con el termómetro aquella noche del 23 de febrero.

Cuando al fin marcó el teléfono sonó un tono que no reconoció, y alguien descolgó. La ilusión de hablar con los suyos le duró décimas de segundo.

--Gobierno militar le advierte que ha sido declarado el estado de excepción en esta Región Militar y usted lo está violando…”

Colgó asustado. Dudó, quería hacer algo, no sabía que, donde, ni con quien así descorazonado inició el regresó a su habitación, a esa casa que no era la suya, llena de gentes que tampoco eran de los suyos.

La calle permanecía desierta y hasta el rojo de los semáforos había desaparecido substituido por amarillos intermitentes. Fue entonces cuando los escuchó y vio llegar. 
   
El coche avanzaba por la avenida a bastante velocidad y en él cuatro niñatos asomados peligrosamente fuera de las ventanillas daban sus gritos macabros. ¡Viva España, arriba España! mientras flameaban banderas preconstitucionales al viento. Se le helaron los tuétanos.

Se protegió en un portal oscuro y los dejó pasar mientras se preguntaba ¿Qué España?¡descerebrados!

Al fin, encerrado en su dormitorio, esperando insomne a un Rey que parecía no controlar la catástrofe, siguió discretamente con sus auriculares una radio “leal” a la Constitución.
Su país estaba en el fiel ¿de qué lado caería…?

Para combatir la angustia tomó un bolígrafo y se acordó de su hija de un año, una españolita que no se merecía un país que parecía regresar a la edad de plomo.
Y en una cuartilla, que aún guarda, hoy ya amarillenta, escribió.

Y mira por donde, le salió una nana.
Esa nana que aun hoy se la tararea a veces a su hija suena más o menos así, pues tengo dudas porque solo se la canta bajito, muy, muy bajito:

Duerme María, aunque vuelvan
con banderas victoriosas,
cara al sol (1) que los calienta,
con sus botas y tricornios
con sus armas y correas.
Duérmete ya, que te guardo
futuros de vino y rosas
primaveras perfumadas,
claras cual el agua fresca…

© TO+ 

(1)    Cara al sol. Título del himno fascista de la Falange Española y de las JONS.






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