Y creo que pese a que las segundas
y terceras etapas de su novela, la selva y la sordidez del colonialismo de la
época, o el deslumbramiento de la aventura USSA, le reencuentro en lo que
domina.
Si, el París de entreguerras, la miseria de las barriadas periféricas
de la Ciudad de la Luz. Trasciende la condición de una clase obrera y un pueblo
alienado larvando la catástrofe.
La crítica a la clase médica, a la
parafernalia de los gurús de la psiquiatría, la demencia de su amigo, alter ego
destrozado por la experiencia guerrera, son, al fin, la guinda de un pastel.
A
mi me ha servido para hacerme una idea de la Francia de entreguerras, un
alegato anti "belle époque" y una denuncia de las consecuencias del
absurdo de la guerra a nivel personal.
En cualquier caso... recomendable, claro
que sí.
© TO+
No hay comentarios:
Publicar un comentario